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Manuel Guzman Hennessey COP16

Manuel Guzmán

Hennessey

17 de octubre 2024

El marco de la COP16

Ojalá Cali se convierta en la ciudad en la que se logró un acuerdo mundial para reaccionar ante la crisis climática. Hay poco tiempo.

Cali. No exageraría si llamo históricos a los dos estudios que comento desde Cali, la siempre hermosa ciudad que hoy se viste ‘de circunstancias’ para la COP16. Para los no expertos omito la lista de autores del primero; pero diré que se unieron los más reconocidos en la materia y titularon: ‘Informe sobre el estado del clima en 2024: tiempos peligrosos para la Tierra’. El segundo es la última edición del ‘Informe planeta vivo’, que mide la pérdida de la vida: más de 5.000 especies de mamíferos, aves, peces y anfibios están en riesgo. Alarmante descenso del 73 % entre 1970 y 2020. Ambos nos hablan de la cercanía de un punto de inflexión. Poco tiempo para reaccionar.

Cito 4 conclusiones del primero para enmarcar el segundo: 1) Estamos al borde de un desastre climático irreversible, 2) Se trata de una emergencia global sin lugar a dudas, 3) Buena parte del tejido de la vida en la Tierra está en peligro, 4) Estamos entrando en una nueva fase crítica e impredecible de la crisis climática. Sugiere (o, más bien, comprueba) la presencia de una segunda aceleración a la que otros ya se asomaron y escribieron (Botella al mar, 2024, KLN Esri). Perdón por autocitarme, pero lo hago por la utilidad que un libro de divulgación tiene para que puedan acercarse a la problemática quienes no leen los documentos científicos.

El estudio, publicado en la prestigiosa revista BioScience, recoge datos de 2023 y de 2024 para corroborar las sospechas de que en la pospandemia, lejos de haber aprendido las lecciones sobre la necesidad de desacelerar los impulsores de la crisis, hemos pisado a fondo el acelerador. Y ahí vamos, hacia un estado de catástrofe generalizado del que bien hablan las migraciones en masa y la potencia de los nuevos huracanes. Los nuevos datos sobre las temperaturas oceánicas que trae el estudio son verdaderamente alarmantes, y habría que relacionarlos con Amoc, la amenaza de ralentización de la corriente meridional que amenaza con enfriar el norte del mundo de una manera insospechada y peligrosa.

La trama de la vida de la que hablaba Capra es, en últimas, lo que está en riesgo, por eso me parece que estos dos informes bien enmarcan el comienzo de la COP16, y deberían concitar la atención de los gobiernos del mundo para actuar, no llenando de obviedades el informe de esta reunión, sino de hechos. Ojalá se hable de Cali en el futuro como la ciudad de aquel acuerdo histórico.

Publicado en El Tiempo | https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/el-marco-de-la-cop16-3391203

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