Existe una alta expectativa por la realización de la Conferencia de las Partes n.º 16 de la Convención sobre Biodiversidad (COP16), por celebrarse en Cali del 21 octubre al 1.º de noviembre del presente año.

El deterioro y la destrucción de la biodiversidad hacen parte, conjuntamente con el cambio climático y la contaminación química, de la denominada tríada de la crisis ambiental mundial. Son tres fenómenos que tienen la más alta jerarquía entre los problemas ambientales globales, siendo la contribución de Colombia al primero y al tercero relativamente menor en comparación con los países desarrollados, por lo cual se puede afirmar que nuestro país en su conjunto es fundamentalmente una víctima de ellos. En contraste, Colombia tiene una responsabilidad sustancial en el declive de la biodiversidad, como se tipifica en la deforestación de la selva amazónica y el deterioro y destrucción de otros grandes ecosistemas de especial valor ecológico.

La biodiversidad o diversidad biológica es un concepto que surgió apenas hace cerca de cuarenta años. Abarca la diversidad de especies de plantas, animales, hongos y microorganismos que viven en un espacio determinado, a su diversidad genética, y la diversidad de los ecosistemas de los cuales forman parte estas especies. La Convención sobre Diversidad Biológica (CDB) se firmó en la histórica Cumbre de la Tierra, celebrada en Río de Janeiro en 1992, y tiene como objetivos: “La conservación de la biodiversidad, el uso sostenible de sus componentes y la participación justa y equitativa de los beneficios resultantes de la utilización de los recursos genéticos”. Su surgimiento lo detonó el creciente declive de la biodiversidad expresada, entre otras, por la deforestación y los incendios forestales de los bosques tropicales.

Lo cierto es que después de más de treinta años de ratificada esta convención sus resultados están lejos de ser satisfactorios, como se evidencia en la destrucción y el deterioro de la Amazonía registrados en las primeras décadas de este siglo y en la grave presión al cual está sometido el ecosistema marino, al punto de que en muchas zonas las condiciones necesarias para sustentar la vida están en peligro o son inexistentes. Ello no quiere decir que no se identifiquen logros como es el caso de la ampliación de las áreas protegidas, una de las metas de la convención, pero sí quiere decir que se requiere tomar decisiones políticas contundentes para superar el pobre desempeño de la convención siendo la COP16 un horizonte de esperanza.

El declive de biodiversidad está teniendo graves consecuencias. Bastan algunas ilustraciones. La pérdida de biodiversidad en los ecosistemas está creando las condiciones generales que favorecen el surgimiento de las pandemias, como se manifestó en forma trágica en el caso del covid-19. Así mismo, la diversidad biológica de los suelos, la base de su fertilidad, se ha empobrecido como consecuencia del uso de los agroquímicos, con lo que se está poniendo en riesgo la seguridad alimentaria. A su vez, la biodiversidad se encuentra crecientemente amenazada por el cambio climático: la muerte masiva de los arrecifes de coral está teniendo profundas consecuencias para la vida en el mar y los eventos climáticos extremos, con sus sequías e inundaciones, están también poniendo en alto riesgo a los agroecosistemas y por consiguiente la seguridad alimentaria.

¿En este marco, qué podemos esperar de la COP16? Para contribuir a la comprensión de la ciudadanía de tan crucial evento y del significado e importancia de la biodiversidad, el Foro Nacional Ambiental en alianza con Minambiente, la embajada de Suecia, WWF y el Pnud convocarán el gran evento Conexión Biodiversidad: Camino a la COP16, compuesto de catorce foros que tendrán lugar entre agosto y octubre, con duración de dos horas cada uno y transmitidos ‘on-line en’ forma gratuita. Es uno de los más ambiciosos proyectos que se realizarán previamente a la COP16. Bienvenidos.

Publicado en https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/conexion-biodiversidad-camino-a-la-cop16-3357560